jueves, 29 de noviembre de 2012

Introducción

César Cuellar


            Este blog, compuesto por varios textos, con distintos formatos de escritura,  tiene como objetivo resaltar la importancia de las expresiones artísticas y culturales propias del territorio Latinoamericano. En general buscamos, más que informar acerca de estas expresiones, intentar que el lector, habitante de Latinoamérica, pueda identificar sus tradiciones culturales, hacerse partícipe de las mismas, y por supuesto, defenderlas ante cualquier idea de represión, ya sea moral o física.
            Para aproximarnos a tal fin, abordaremos la idea de arte y cultura en nuestro continente a partir de una canción de un grupo musical perteneciente al sector latinoamericano, y por consiguiente, representante de él. Nos referimos a la canción titulada Latinoamérica, interpretada por Calle 13, con la participación de Totó “la Momposina”, Susana Baca y María Rita. En ella, poéticamente, se describen y reconocen distintas formas culturales pertenecientes al territorio latinoamericano. Además, Calle 13 es un conjunto musical Puertorriqueño reconocido por mostrar a la población (a través de sus canciones), características propias de sus naciones o regiones.
            Esto lo demuestran especialmente en la canción. Con la utilización de herramientas poética  del verso, nos describen algunas características culturales de América Latina. René Pérez (cantante),  construye un sujeto lírico que personifica cada situación narrada, ya sea humana, natural, sentimental, entre otras.
            Aquí, trataremos de llevar cada palabra, rima, estrofa, etc. más allá del ritmo de la canción, dando a entender, lo que para nosotros es el objetivo de esta banda en su composición: apropiarnos de nuestra identidad cultural y sentirnos orgullosos de ella.   

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Latinoamérica por Calle 13


Romina Constantinoff
               
               Hoy en día Ameríca Latina se comprende como a una porción geográfica que, a pesar de no por compartir los mismos idiomas, forma en si una unidad, un conjunto de países. Sin embargo, hay varios autores que se desentienden de esta noción puesto que creen que cada uno de los países que la conforman difieren mucho entre sí y que, por lo tanto, no se los debe considerar como parte de algo igual. Piensan que “[...] el mundo tiende a ver el continente de manera homogénea, como un todo. Ignoran su pluralidad y diversidad social y creativa”.[1]
            Contrario a esto, el grupo musical “Calle 13” ha dedicado su carrera a componer canciones que reflejan muchas de las realidades que conviven no sólo en su país, sino también alrededor del conjunto, y que, por tanto, demuestran la unidad que existe entre los países latinoamericanos. Uno de sus mayores éxitos es la canción que se titula “Latinoamérica”, una mezcla de rap y folclore que cuenta con la participación de Totó “la Momposina”, una cantante folclórica de Colombia, Susana Baca, una reconocida cantante y compositora peruana, y María Rita, una cantante de origen brasilero.
            En la canción, René Pérez (también apodado como “Residente”[2]) formula a partir de las rimas cómo él siente su identidad[3] como latinoamericano. “Soy lo que dejaron, soy todas la sobras de lo que se llevaron”[4] comienza la canción haciendo alusión a la cruda realidad que une a todos los países que conforman Latinoamérica: el llamado “descubrimiento” de América, el cuál resultó el mayor genocidio cometido por la humanidad en todos los tiempos. También en esta estrofa realiza implícitamente una dura crítica a la política económica que rige en estos países desde la División Internacional del Trabajo[5]: la de la servidumbre, ser los proveedores de la materia prima de aquellos países que se hayan geográficamente externos al bloque latinoamericano. “Soy una fábrica de humo, mano de obra campesina para tu consumo”.[6]
            “Las caras más bonitas que he conocido, soy la fotografía de un desaparecido”[7] arranca el siguiente verso y apunta directamente a otro de los trágicos hechos que se vivió en los países latinoamericanos: las dictaduras militares. Tal como dice Galeano: “[...] los latinoamericanos compartimos un espacio común y no solamente en el mapa”.[8]
            Sin duda alguna, Calle 13 es una de las bandas que más se haya comprometida con la realidad que afrontan, no sólo en su país (Puerto Rico), sino también con la crisis que atraviesan los países de América Latina. La mayoría de sus canciones son una denuncia explícita hacia las autoridades e instituciones que maniobran de manera corrupta e incorrecta, sólo para satisfacer sus propios intereses. “Revelar la realidad no significa copiarla. [..] Sobre todo en países como los nuestros, dónde la realidad esta enmascarada por un sistema que obliga a mentir para sobrevivir y que cotidianamente prohíbe llamar a las cosas por su nombre”[9]. Precisamente, Calle 13, es uno de los pocos grupos musicales que no teme tomar la palabra, que es reconocido por describir la realidad tal cual es. “La bala”, “Querido FBI”, “Calma pueblo”, son algunas de sus tantas canciones que reflejan claramente su postura. Incluso en sus recitales, Residente no teme dejar en claro cuál es su postura y el objetivo hacia el que apuntan sus letras.
            Cabe aclarar que el estribillo es lo que más fuerte representa la crítica: “Tú no puedes comprar...”[10]. Hoy en día América Latina se ha convertido en el principal objetivo de las empresas internacionales que buscan expandirse a bajos costo. De esta manera introducen sus productos en el mercado y ponen en riesgo a las empresas locales, ya que no son capaces de competir con éstas debido a su falta de recursos y tecnología.  Y no sólo en este aspecto, sino que también invaden a partir de la incorporación de celebraciones puramente comerciales. Festividades como Halloween, el día de San Valentín, que forman parte de la cultura estadounidense, se han expandido hacia otras partes del mundo a partir de la masificación televisiva.
            Aun así, son estas mismas costumbres las que terminan rectificando las costumbres verdaderamente locales: “a la par que la cultura dominante distribuye conocimiento –o, mejor dicho distribuye ignorancia- [...] desencadena la capacidad de comprensión y creación de las vastas mayorías [...]”[11]. Los países latinoamericanos no desean ser “tapados” por otras culturas y hacen salir a flote su esencia. Se organizan grandes actos en honor a las fechas patrias, festivales para conmemorar las actividades sociales (de cine, música, etc), entre otras tantas cosas. Los pueblos tienen memoria, y ésta se mantiene viva. Esto es visible no sólo en las pequeñas tradiciones, sino también en el arte y la sociedad. Cada vez son más los jóvenes que toman parte en la política y se expresan manifestándose ante aquello que consideran o no correcto. Las protestas, muestras de arte, canciones, son la prueba de que aman a su país y desean lo mejor para él. “Soy lo que me enseñó mi padre, el que no quiere a su patria, no quiere a su madre”[12].  
            Finalmente queda claro que “Latinoamérica” no es una canción “inocente” y que detrás de su letra se haya una banda totalmente comprometida y deseosa de lograr un cambio, y que este cambio sólo será posible a través de la unión que tenemos como pueblo latinoamericano. “¿No estamos todos hechos sea cual fuere el color de la piel y la lengua que hablamos, con diversos barros de una misma tierra múltiple?”[13]. Claramente el mensaje que desean transmitir es el de que todos somos parte de la misma comunidad, le pese a quien le pese, y que aunque seamos diferentes sangramos igual. “Soy América Latina, un pueblo sin piernas pero que camina”.[14]




[1]  MANRIQUE SABOGAL, Winston “Debate cultural latinoamericano”. Diario El País. Madrid. Pp. 7.
[2] “Cuando eran niños, Eduardo visitaba a su hermanastro todas las semanas en la Calle 13 de la subsección El Conquistador de Trujillo Alto, ubicada en la zona conurbana al sur de San Juan de Puerto Rico. Debido a que la subsección es una comunidad cercada, los visitantes eran consultados de forma rutinaria ("¿Residente o Visitante?") por un guardia de seguridad en la puerta principal de la comunidad. Por lo tanto, Cabra se identificaba como visitante, mientras que Pérez debía insistir —a menudo, según él— en que él era el residente para abrir la puerta”. WIKIPEDIA, “Calle 13 (banda)”. http://es.wikipedia.org/wiki/Calle_13_(banda). [28 de noviembre del 2012]
[3] “La identidad viene por añadidura. Si uno se concentra en contar lo que quiere, la identidad va a estar allí de cualquier manera [...]”.MANRIQUE SABOGAL, Winston “Debate cultural latinoamericano”. Diario El País. Madrid. Pp. 5.
[4] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[5] “La división internacional del trabajo es la división del proceso de producción mundial entre países y regiones mediante la especialización en la realización de determinados bienes [...]. En los países centrales, la base de la economía eran los productos industriales y de tecnología. En los países periféricos, la base de su economía era la exportación de materias primas y de los alimentos”. ECURED, “División capitalista internacional del trabajo”. Miércoles, 28 de noviembre de 2012 [en línea]. http://www.ecured.cu/index.php/División_capitalista_internacional_del_trabajo. [28 de noviembre de 2012]
[6] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[7] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[8] GALEANO, Eduardo “Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en América Latina. Nueva Sociedad. Nro 56-57 Septiembre-Octubre/Noviembre-Diciembre. Pp. 65-78
[9] GALEANO, Eduardo “Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en América Latina. Nueva Sociedad. Nro 56-57 Septiembre-Octubre/Noviembre-Diciembre. Pp. 65-78
[10] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[11] GALEANO, Eduardo “Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en América Latina. Nueva Sociedad. Nro 56-57 Septiembre-Octubre/Noviembre-Diciembre. Pp. 65-78.
[12] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[13] GALEANO, Eduardo “Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en América Latina. Nueva Sociedad. Nro 56-57 Septiembre-Octubre/Noviembre-Diciembre. Pp. 65-78.
[14] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Unión y desunión

Federico Chiramberro

        ¿A qué denominamos Latinoamérica? ¿A un  conjunto de países limítrofes que comparten cultura, economía e idiomas? ¿O al grupo de países que, si bien son limítrofes, difieren mucho entre sí? Yo considero las dos opciones correctas. Por un lado hay países de América Latina que comparten una serie de elementos y por tanto, se hallan inevitablemente hermanados, y por otro, que cada país es una unidad, por lo que es normal que existan diferencias entre ellos, en mayor o menor medida. Creo también, que este es exactamente el mensaje que Calle 13 intenta dar con su canción titulada “Latinoamérica”. “Todos ellos comparten historia y problemas de esta parte del mundo, y presentan características propias a cada una de las naciones que la integran, es decir, existe una unidad, diversidad e individualidad en esta imbricada geografía”[1]
            Como todos sabemos, las consecuencias del mundo globalizado han llevado a una disolución de la identidad en los pueblos de los distintos países. Tal es el caso de los países latinoamericanos. Las naciones europeas y potencias como los Estados Unidos, han proliferado en ellos en busca de recursos no renovables como el agua y el petróleo, o mercados para sus productos. “Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas [...]”[2] expresa García Márquez en su discurso. "Soy una fábrica de humo, mano de obra campesina para tu consumo"[3] comienza un verso de la canción para decirnos decir que la política ha logrado insertar fábricas y entidades privadas que destruyen, de a poco, la cultura y a la economía de los pueblos latinoamericanos. Sin mencionar que el efecto “globalizador” del capitalismo mundial ha llevado a las conciliaciones culturales y sociales tradicionales hacia un declive progresivo.
            “Yo creo que el escritor o el creador debe estar vinculado a su obra y comprometido con su obra”[4] afirma Guillermo Arriaga. Considero que no existe obra musical que refleje tan acertadamente la realidad y hermandad existente entre los países latinoamericanos como “Latinoamérica”. Claramente hace queja a una política consumista, y lleva como eje central el patriotismo y los ideales de estas culturas. Desde mi perspectiva, esta canción se concentra en mostrar la fuerza de voluntad y valentía que tiene el sector obrero y de bajo nivel económico, respecto al sector político social dominante. "Soy América latina, un pueblo sin piernas pero que camina"[5]. Con esta rima, Calle 13, nos intenta persuadir sobre la realidad que ha llegado a todas las zonas de los países latinoamericanos: la globalización y la corrupción han estado sometiendo a los mismos a la pobreza y a la humillación. Sin embargo, los pueblos les han hecho frente y mantenido viva la esperanza de la libertad. “Viva Puerto Rico libre” suele gritar Residente en sus recitales.
            "Soy lo que dejaron, soy todas la sobras de lo que se robaron"[6]. Estos dos versos claramente hacen referencia a que el proceso de globalización está acabando con las identidades culturales tales como la tradición,  la comunidad  indígena y rural, entre otras. Aún así, éstas se resisten a la dominación ("La operación Cóndor[7] invadiendo mi nido, ¡perdono pero nunca olvido!"[8]) y mantienen vivos sus valores socio-culturales a partir de la celebración de las fechas patrias, los festivales, las manifestaciones en contra de ciertas medidas que toma el gobierno, etc. “Pienso que hay un avance cuando somos capaces de [...] hacer que la cultura sea importante para la sociedad y no para el gobierno. Creo que la cultura es un proceso de seducción constante”[9].
            Entiendo que las sociedades deban progresar, lograr un crecimiento y evolucionar, pero tampoco creo que sea correcto que las identidades culturales  se vean en el aprieto de no poder preservar sus valores y tradiciones autóctonas gracias a una política consumista que pretende globalizar, evolucionar y mirar hacia un futuro donde reine la homogeneidad. “Es decir, los productos culturales latinoamericanos tienen mucho que decir, no sólo sobre la condición de ser latinoamericanos sino sobre la condición humana”[10]. Pienso que esto, es un atentado contra las culturas que hicieron historia y lograron marcar un antes y un después en el proceso de desarrollo socio-cultural Latinoamericano. A mi parecer, deben permanecer las costumbres y tradiciones de estas sociedades, ya que son estas mismas las que caracterizan sus modos de vida y les brindan su esencia, su espíritu. "Soy la sangre dentro de tus venas, soy un pedazo de tierra que vale la pena"[11].
            Estoy de acuerdo con las críticas  hacia el dominio político que Calle 13 ha enunciado en esta canción, y con la fuerza de voluntad con la que describe y caracteriza a la sociedad latinoamericana. "Tú no puedes comprar al viento. Tú no puedes comprar al sol. Tú no puedes comprar la lluvia. Tú no puedes comprar el calor. Tú no puedes comprar las nubes. Tú no puedes comprar los colores. Tú no puedes comprar mi alegría. Tú no puedes comprar mis dolores"[12].El mensaje que desean transmitir está más que claro, y aunque cada persona lo puede interpretar de diversas formas, es sólo uno. “Aquí se comparte, lo mío es tuyo. Este pueblo no se ahoga con marullo, y si se derrumba, yo lo reconstruyo”[13].


[1] TOLEDO MICÓ, Ruddy; SILVA PUPO, Mercedes y BERTOLÍ VELÁZQUEZ, Beatriz, “El arte como expresión de la identidad cultural en América Latina”. Pp. 1
[2] GARCÍA MARQUEZ, Gabriel “La soledad de América Latina”. Discurso de aceptación del Premio Nobel  - Texto completo. 1982. Pp. 3.
[3] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[4]  MANRIQUE SABOGAL, Winston “Debate cultural latinoamericano”. Diario El País. Madrid. Pp. 6.
[5] CALLE 13, “Latinoamérica.” Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[6] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[7] [...] Es el nombre con que se conoce el plan de coordinación de operaciones entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América [...] llevada a cabo en las décadas de 1970 y 1980. [...] Esta coordinación se tradujo en el seguimiento, la vigilancia, la detención, los interrogatorios con tortura, los traslados entre países y la desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como ‘subversivas del orden instaurado o contrarias al pensamiento político o ideológico opuesto, o no compatible con las dictaduras militares de la región’. WIKIPEDIA, “Operación Cóndor”. http://es.wikipedia.org/wiki/Operación_Cóndor. [28 de noviembre del 2012]
[8] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[9]  MANRIQUE SABOGAL, Winston “Debate cultural latinoamericano”. Diario El País. Madrid. Pp. 5.
[10]  MANRIQUE SABOGAL, Winston “Debate cultural latinoamericano”. Diario El País. Madrid. Pp. 3.
[11] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[12] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.
[13] CALLE 13, “Latinoamérica”. Entren los que quieran. Sony Music Latin, 26 de Octubre del 2010.

A quien le interese

César Cuellar


              Aquí todo va de mal en peor. Nunca pensé que por este trabajo, la vaina se pusiera tan jodida, pero tampoco es que  tenga otra opción. Ya lo decía la canción: “La vida te da sorpresas”. Pero cuando decía estas palabras, ¿cómo carajos iba yo a saber que me hablaba a mí? ¡Ja!, la vida te da sorpresas. Si hubiera sabido que iba a terminar así, viviendo como vivo, jamás me hubiera ido de casa ¿Pero qué más podía hacer? No le iba a poner más  pereque a mi madre; ella ya no estaba  para ese tipo de cosas.
            La culpa es de Carlos. “Caras vemos, pero corazones no sabemos”, dice el dicho popular. Esos dichos son más complejos de lo que se cree: sólo se entienden cuando ya se hizo la cagada. Pero  la culpa no es mía, es de Carlos; si hubiera sabido que me haría lo que me hizo para luego dejarme botada, jamás me hubiera metido con él. Siempre es la fachada lo que nos hace caer.  Pero no voy a lamentarme; yo ya he llorado muchas veces  por eso. “Yo era inocente” me decía, pero ya me di cuenta de que eso de la inocencia no existe: la inocencia siempre es la culpable.
            El presente es el amigo más desleal que he tenido. Siempre se me mostró tan bueno, tan sonriente, pero un día se va, te abandona,  y no quiere que uno vuelva a saber de él, ni él de uno;  incluso se cambia el nombre: empieza a hacerse llamar pasado. Él me abandonó incluso antes que Carlos. No entiendo qué pasó, yo me parecía tanto a mis amigas. Nos vestíamos parecido, nos peinábamos parecido, hablábamos parecido, y hasta teníamos sueños parecidos. Pero los sueños son una novia muy celosa, de esas que si uno quiere casarse con ellas, tiene que cuidarlas. Casarse… La vida te da sorpresas.
            Yo sufrí mucho, tanto que no cabe en este papel. Me da risa ver cómo las palabras no te sirven para mucho. Si  lo sólido lo desvanece el tiempo, cómo serán las palabras que hasta el más comemierda las puede decir. “Words ain’t what they are meant to be” decía siempre un gringo cliente mío. Yo juraba que a ellos no se les entendía nada, pero qué va, con lo poco que aprendí me bandeo. Me encantaba que me hablara en inglés; sentía que no vivía mi vida; sentía que era un personaje de esas películas de Hollywood.  La única razón, capaz de acabar con todo mi sufrimiento, es Juan. El me mostró lo equivocada que estaba: la felicidad no estaba  por allá, en una parte lejana del universo; yo la encontré en sus ojos. Ojalá un día le pueda dar a ese chino felicidad. Ojalá que tenga una familia, un trabajo, una casa. Por lo menos, que sus amigos nunca se enteren de lo que hace su mamá.
            Esa es otra vaina, la gente viene todos los días a verme y ni el que más se arrima sabe  quién soy yo. Ni siquiera me llaman por mi propio nombre. Lo peor no es eso, lo peor es que tengo que mostrar que a mí no me molesta. La vida es inventarse un personaje y tratar de imitarlo cada día. De eso me di cuenta hace mucho tiempo. Pero pareciera que mi vida no es así, mi personaje me buscó a mí. Soy más en este papel que en mi vida cotidiana. Él, sin preguntármelo, sabe mejor que nadie lo que soy. Entonces, sólo seré alguien si un día llega a existir algún lector de este papel.  Lo más probable es que nunca llegue a ser nadie, pero no importa: sólo quiero que el Señor, que todo lo sabe y bien me conoce, me acoja en su casa, y nunca volver a ser una carga para Juan.

Soy quien soy, soy quien quieres que sea

Federico Chiramberro

Tú me formas, tú me das vida o muerte.
Tú me vives, me quiebras,
me matas y vuelvo a vivir.
Tú me das la razón de mi belleza,
de mi tristeza, de mi alegría.

Tú me siembras, me cosechas,
me tomas y me liquidas.
Tú caminas sobre mi piel,
me pisas y a veces lastimas.

Tú me cuidas, me mimas,
y hasta a veces soy el por qué de tu vida.
Tú me construyes y me destruyes,
parece que no soy lo suficientemente bonita.

Tú me respiras, me das aire,
pero a veces me asfixias.
Soy tu proyección, tu mentira,
y hasta tu única salida.

Soy tu madre, tu techo,
tu cura y tu medicina.
Soy quien soy, soy quien quieres que sea.

Contradicción


Romina Constantinoff

Ellos inventaron los ventiladores,
y aún así  no compraron el viento.

Ellos crearon la calefacción,
y aún así no pudieron recrear al sol.

Ellos construyeron la grifería,
y aún así no pudieron imitar la lluvia.

Ellos confeccionaron ostentosos vestuarios,
y aún así el calor no los acompañó.

Ellos produjeron el sauna,
y aún así las nubes no les pertenecían.

Ellos se  llenaron de pinturas,
Y aún así los colores no les obedecían.

Ellos se llenaron de dinero,
y aún así la felicidad sigue siendo mía.

Ellos vivieron sin preocupaciones,
y aún así dolor sentían.